Si tras una intervención o tratamiento médico usted considera o sospecha que debido a las consecuencias de las misma (consecuencias nefastas que no se corresponden a lo que antes de la intervención sería el resultado) puede ser víctima de un error médico o negligencia, quizás le interese saber más acerca de la doctrina sobre el daño desproporcionado, la cual se aplica a estos casos, en los que tras una intervención o tratamiento médico, se produce unas consecuencias que no son lo previsibles y normales, desligados a los riesgos que se derivan de la misma.
Es necesario que se den tres elementos básicos: una situación normal de inicio por el que el paciente se somete a una intervención o tratamiento para la obtención de un resultado determinado, un resultado de gran entidad o gravedad, y la falta de acreditación del resultado obtenido.
Por tanto, no estamos hablando de riesgos típico cuya información se suministró al paciente y éste acepto, sino de un daño real, cierto, efectivo y desproporcionado.
Así pues, si usted se encuentra en alguna de estas situaciones, desde nuestro despacho de abogados en Murcia le podemos dar la orientación más eficaz y con mayores garantías de éxito en el ejercicio de la acción encaminada a exigir la responsabilidad, pues en estos caso tratamos de acreditar la veracidad de los hechos y de la relevancia y gravedad de los daños ocasionado que vienen a ser desproporcionados, para obtener el respaldo judicial a favor de los derechos del paciente.
Por otro lado, cada vez son más numerosas las intervenciones de cirugía estética que se realizan en nuestro país. En muchas ocasiones en este tipo de operaciones no se obtiene el resultado deseado. Es entonces cuando nos planteamos si se debe a una mala praxis por parte del médico que realizó la intervención. En estos casos, una vez estudiado su caso, le damos el asesoramiento necesario para que tengamos claro las garantías de éxito que obtendremos de dicha reclamación. Debe saber que en estos casos nos encontramos ante un contrato de resultados, esto es, el médico que realiza una operación de estética está obligado a obtener un resultado y no sólo a poner todos los medios posibles para conseguirlo.
