En vista del porcentaje de separaciones y divorcios que hemos tenido el pasado año 2015, según los datos de la INE más de 120.000 parejas decidieron ponerle fin a su relación, habiendo comprado en su pasado una casa juntos.
Una vivienda que cuando llega la separación no sabemos qué hacer con ella y si a eso le añadimos que dicha vivienda está hipotecada es cuando vienen los quebraderos de cabeza.
Una de las primeras opciones que deberíamos barajar sería poner en venta la vivienda y con el importe de la venta liquidar la hipoteca y repartir las ganancias, en el caso de que quedara algo puesto que si la vivienda se compró en plena burbuja inmobiliaria a veces el dinero obtenido no es suficiente para cancelar la deuda del banco, ante estos casos se puede negociar con el banco la dación de pago, (sustitución de la deuda por la vivienda) teniendo en cuenta que con el exceso de procedimientos de este tipo el banco no acceda a dicha negociación.
Otras de la opciones es que una de las partes quiera quedarse con la vivienda, siendo este caso una de las mejores opciones puesto que desde el punto de vista fiscal es más barato que vender nuestra parte de la vivienda al otro propietario de ella.
Ambas opciones son una forma de transmisión y tendríamos que realizarlo ante notario pero a nivel fiscal esta última sería más económica.
Al extinguir el condominio, una de las partes dejaría de ser la propietaria de la vivienda pero no dejaría de ser titular de préstamo y sigue teniendo obligaciones con el banco. Llegados a este punto, la decisión depende de la entidad de quitar un titular o no de la hipoteca, y perder una de las garantías de préstamo hipotecario. Por este motivo las entidades se niegan a ello, y si lo hacen encarecen hipotecas o piden más avalistas, y hoy en día solo acceden a este caso si el titular que se quedaría con dicha hipoteca es el más solvente de los dos y está dispuesto a pagar más intereses.
Otro problema que viene siendo muy común es el tema de los avalistas los cuales no dejarían de serlo en ningún caso aunque fueran familiares de la otra parte y está ya no figurara ni como propietaria de la vivienda ni como titular del préstamo.
Podemos ayudarle a buscar la mejor solución para su caso, dependiendo de sus circunstancias económicas y de si existen hijos en común. Podemos negociar con el banco tanto la modificación de la hipoteca como la dación en pago. Consúltenos!